De vez en cuando suben al vagón mujeres cargadas con bandejas de pollo frito y bolsitas de arroz (es lo que almuerzo), fideos envueltos en hojas de plátano, brochetas de cerdo.... Siete horas (y cincuenta minutos de retraso) después llego a Phitsanulok. Me ha caído un trabajo de corrección y necesito un lugar tranquilo en el que pasar unos días al margen de distracciones. Esta ciudad parece perfecta para eso: no hay farangs ni restaurantes para farangs ni bares para farangs. Nadie habla inglés, nadie se interesa por mí, por primera vez en el "país de las sonrisas" nadie me sonríe y sólo recibo miradas de extrañeza, incluso un par de muecas de desdén (por un momento creo estar en Lekeitio...). Pronto encuentro una habitación cómoda a muy buen precio, con una mesa, una ducha que siempre da agua caliente, una conexión a internet no demasiado lenta... incluso tengo una cama de verdad.
La ducha se lleva el sudor y parte del cansancio del viaje y salgo a la calle. En los alrededores descubro (después de un par de pasos en falso) una casa de comidas donde preparan unos estupendos fideos con ternera. Un poco más allá está la orilla del río, que por la noche se animará gracias a un mercado nocturno y un par de bares flotantes de luz tenue en los que tomar una cerveza después de trabajar. Está atardeciendo y mientras camino el leve... cómo llamarlo... chirrido que viene acompañándome como trasfondo sonoro desde que salí de la estación sube su volumen al máximo. Dirijo la mirada al cielo y sigo en panorámica la trayectoria de un pájaro negro que después de planear durante unos segundos se posa en uno de los cables que atraviesan la plaza. El cable no está vacío. El sonido es ahora horrible y me parece ver a Tippi Hedren correr hacia una cabina de teléfonos. Al que no veo es a Bernard Herrmann.
¿Phitsanulok o Bodega Bay? |
Ya hace un mes que (R)ipley salió de aquí por patas. El muy cabrón. Dicen las malas lenguas que en realidad lo que pretende es que se le eche de menos. Lo está consiguiendo. Febrero ha sido largo. Frío. Crudo invierno. Hoy long john silver ha llamado al dibujante y le he propuesto cambiar el lápiz por dos palos. Ha aceptado. Ripley. El suplantador suplantado. El dibujante con dos palos también tiene talento. El dibujante con dos palos ha traído un poco de calor al g66.
ResponderEliminarMire que le dije al dibujante que no lo hiciese demasiado bien... pero nada, ni caso.
ResponderEliminarGracias por su mensaje, Capitan. Tambien me trae calor a este lado del mundo, aunque, lo que se dice calor, mucha falta no hace: son las ocho y media, el sol se ha ido pero da lo mismo, 38 grados y no se puede respirar.
Un abrazo desde un cibercafe sin acentos.